Una puerta a la cultura alemana


Jóvenes de toda Latinoamérica viajan cada año a Alemania para trabajar como Au-Pair. Aquí cuidan niños y realizan algunas labores domésticas. Conocen una nueva cultura, aprenden un idioma y viven nuevas experiencias.

La joven Au-Pair comparte un año con la familia, aprendiendo el idioma y la cultura del país.
Los trabajos juveniles en el extranjero son una popular manera de aprender un idioma, ganar algo de dinero y hacer turismo. Muchos jóvenes latinoamericanos ocupan así sus vacaciones: se embarcan en un crucero, trabajan en hoteles o centros de esquí.
Cuando hay interés por una estadía más larga, una de las opciones es ser Au-Pair: un año viviendo en casa de una familia, donde se cumplen labores de niñera. En países donde el servicio doméstico prácticamente no existe y la red familiar a veces es escasa, es la solución para que los padres con hijos pequeños puedan trabajar.
Así nacieron las Au-Pair, expresión francesa que significa “en reciprocidad”, pues cada parte pone algo de sí en forma igualitaria: la familia da un sueldo mensual y facilidades para estudiar el idioma y la joven cuida a los niños. Casi la totalidad son mujeres, pero también hay algunos Au-Pairs masculinos.
En Alemania, se calcula que el año 2009 unos 8.300 jóvenes realizaron una estadía Au-Pair, según estimaciones de un informe de la compañía aseguradora alemana Dr. Walter. “No tenemos cifras exactas –reconoce Christoph Bruners, de la asociación Gütegemeinschaft Au-Pair -, sólo las visas dadas a personas de fuera de la Comunidad Europea”, que el año pasado fueron 5.300.
Casi la mitad viene de Rusia, Kenia, Ucrania, Georgia y China. Los países de Latinoamérica van rezagados, a excepción de Colombia, que se ubica en el octavo lugar con la mayor cantidad de Au-Pairs latinas, representando un 2,86% del total.
Este año la Au-Pair Society de Alemania, entidad que agrupa a 45 agencias, eligió a la “Au-Pair del año” entre postulantes que presentaron un ensayo. La ganadora fue una joven de Indonesia.
La gran mayoría gestiona la estadía a través de una agencia que pone en contacto a la familia con la Au-Pair, asegurando ciertas condiciones básicas para ambas partes. Actualmente hay unas 320 agencias operando en Alemania. Muchas de ellas han adoptado sistemas de acreditación de estándares de calidad y tienen sellos dados por organizaciones nacionales.
En los últimos años, sin embargo, muchas agencias han debido cerrar, pues la cantidad de Au- Pairs ha disminuido. El 2001 ingresaron a Alemania 9.200 jóvenes con visa, mientras que el año pasado fue poco más de la mitad.
La baja podría explicarse por distintos factores, como la crisis económica y el nacimiento de cada vez menos niños. En Perú, entre otros factores, “la valla del examen de alemán que las Au- Pairs deben pasar se ha incrementado de 60% a 80% y son muy pocas las chicas que logran la certificación”, cuenta desde Arequipa Maricarmen Romero, presidenta de la Asociación Peruana de Agencias Au-Pair, APAAP.
¿Por qué Alemania?
Si bien el programa Au-Pair es poco difundido en Latinoamérica, no es algo nuevo. “Siempre hemos tenido jóvenes de Latinoamérica, especialmente de Perú. Las cifras declinaron en general, y específicamente en Perú, debido a las estrictas regulaciones de visa en ese país. Pero vemos que algunos otros países están creciendo y hay más interés. Pienso que en 2010 habrá un pequeño aumento nuevamente”, dice Patricia Brunner, directora de la Au-Pair Society de Alemania.
A pesar de que un país de habla inglesa puede parecer más fácil de alcanzar, Alemania genera mucho interés: “La mayoría quiere vivir una nueva experiencia, aprender alemán o no pueden ir a países de habla inglesa por razones de visa. Algunos quieren estudiar más tarde y toman esto como una oportunidad para aprender mejor el idioma y conocer el país”, agrega.
“Tener un certificado de haber estado un año en Alemania como Au-Pair es muy bueno para buscar trabajo en su país. También es una oportunidad para quedarse estudiando en el lugar al que van”, dice Ute Maar, de la agencia Au-Pair Alemania.
Alemania es sinónimo de educación de calidad. “El país da muchas oportunidades académicas, es bien reconocido por sus universidades”, destaca Maricarmen Romero. Algunas jóvenes se interesan además porque tienen algún antepasado alemán que emigró a América y ahora quieren conectarse con esa parte de su historia. Otro elemento atractivo es la calidad de vida del país, el eficiente sistema de transporte, su conectividad con otras ciudades europeas, la oferta cultural y de vida al aire libre y la baja criminalidad.
Derechos y deberes

Uno de los requisitos clave para ser Au-Pair es disfrutar trabajando con niños y en lo posible tener alguna experiencia previa.
“La estadía Au-Pair es el programa a nivel mundial más antiguo y conocido de intercambio cultural”, define la Gütegemeinschaft Au-Pair. En esta relación equilibrada de dar y recibir, hay ciertas disposiciones básicas dadas por las mismas agencias, certificadas por asociaciones nacionales e internacionales y respaldadas por el Ministerio Federal de Familia, Tercera Edad, Mujeres y Juventud.
Los requisitos generales en Alemania son tener entre 18 y 24 años, un nivel básico de alemán y querer trabajar con niños. “Para mí es muy importante que la chica sepa conversar desde el primer día”, dice Ute Maar. Por esto siempre hace una entrevista para conocerla mejor, saber sus preferencias –por ejemplo, campo o ciudad, cuidado o no de bebés- y buscar la familia que más se acomode a este perfil.
La estadía puede durar hasta un año y se establecen parámetros mínimos de pago y días libres. En ocasiones, la familia incluso excede estos beneficios aportando un mayor sueldo mensual o pagando el valor del pasaje en avión.
Las agencias cobran a la familia anfitriona entre 400 y 1.000 euros por encontrarle una Au-Pair. Algunas instituciones relacionadas con las iglesias tienen costos más bajos. Las jóvenes, en tanto, pagan sólo en algunos casos, dependiendo de las normas de la agencia.
Intercambio cultural

Recuerdo inolvidable: un internacional grupo de Au-Pairs en un viaje a Paris organizado por la Au-Pair Society de Alemania. El turismo dentro de Europa es una de las grandes motivaciones para las jóvenes latinoamericanas.
Para Maricarmen Romero, de la APAAP, es importante aclarar conceptos en torno a las Au-Pair. “Las agencias lo han presentado como un programa de trabajo o de estudios y la mayoría de las Au-Pairs tenían como finalidad ahorrar y enviar el dinero a sus familias en Perú, o ingresar a una universidad en Alemania y estudiar una profesión. Las agencias las mandaban con pasaje de ida solamente y no se hacían responsables por el retorno a nuestro país después del año. Aún existen agencias que venden el programa como medio para migrar a otro país, concepto con el que nunca estuve de acuerdo”.
A su juicio, la finalidad del programa es que la postulante conozca la cultura alemana, conviva con una familia y aprenda de los padres anfitriones, como aprenderían de sus propios padres, el significado de ser una familia, en una cultura diferente, y un idioma que será útil en su desarrollo profesional. “Las agencias hoy tienen que hacerse responsables de los retornos de las participantes peruanas desde cualquier parte del mundo”. Explica que de lo contrario, se corre el riesgo de que bajen las cuotas y sean más exigentes los requisitos para otorgar visa, como ha ocurrido ya en el programa a Estados Unidos y Alemania.

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